El amor en su forma más pura, es aquel que fluye de forma natural,
genera un estado de felicidad y no está contaminado con malas intenciones o egoísmo,
es un amor dilecto. A veces dura hasta que dura y otras persiste una eternidad,
tiene su origen en las manos de Dios, porque estamos hechos por amor y para el
amor. Constituye la esencia de la vida y
como lo dijera la Madre
Teresa , “El
amor es un fruto que madura en todas las estaciones y se encuentra al alcance
de todas las manos”, por eso, todos hemos experimentado alguna vez, el placer
de sentirse amado, a través de las ramas de este amor, como son; el amor
propio, el amor dilecto, la amistad y el
amor romántico.