Muchos
padres son escépticos y tienes muchos prejuicios a la hora de acudir a un
terapeuta cuando el hijo adolescente está deprimido. La
revista Archives of General Psychiatry confirma que este escepticismo también
es ignorancia. Un gran estudio publicado en la revista asevera que la mayoría
de los jóvenes adolescentes deprimidos que acuden a terapeutas
para luchar contra la depresión, logra una recuperación terapéutica
sostenida desde la fase inicial del tratamiento y los efectos positivos son muy
claros con la continuidad de la terapia.
Estas
conclusiones surgen de un análisis de datos sobre 439 adolescentes con
depresión grave, que participaban en el Estudio sobre Tratamiento de
Adolescentes con Depresión.
Los
adolecentes deprimidos recibieron al azar fluoxetina (Prozac), terapia
cognitiva conductual, las dos terapias o placebo durante 12 semanas, explicó el
equipo dirigido por el doctor Paul Rohde, del Instituto de Investigación de
Oregon, en Eugene.
Luego, los
participantes completaron una fase de seis semanas de continuidad de la terapia
más un período de mantenimiento de 18 semanas, en el que concurrieron a tres
sesiones de terapia cognitiva conductual, hicieron tratamiento farmacológico o
ambas cosas.
"La
mayoría de los adolescentes con depresión que no habían tenido
una respuesta sostenida durante el tratamiento agudo logró mejorar durante la
continuidad terapéutica y el mantenimiento", concluyeron los autores del
estudio.
La
posibilidad, agregó el equipo, de que la terapia cognitiva conductual ayude a
un subgrupo de adolescentes con depresión a producir una respuesta sostenida
garantiza la realización de nuevos estudios.
La terapia cognitiva conductual de adolescentes deprimidos
La terapia
cognitiva conductual es un tratamiento de corto plazo que incluye un
trabajo conjunto del paciente y el terapeuta. La primera vez que el adolescente
se reúne con su psicoterapeuta, hablará acerca de cualquier
problema que esté teniendo, de cómo se está sintiendo y sobre las metas que
tiene para su psicoterapia. Después de unas cuantas visitas se decide con qué
frecuencia se realizará la misma, pudiendo el paciente reunirse con su
psicoterapeuta cada semana, o solamente una vez al mes. Los objetivos son acordados
entre el terapeuta y el adolescente deprimido, y se formula un plan de
intervención estructurado a la medida de las necesidades y características
particulares evaluadas.
El método
hace hincapié en el efecto del pensamiento concentrado en los sentimientos y
apunta a que son los pensamientos, y no los factores externos, la primera causa
de los sentimientos y las conductas. Por lo tanto, modificar la manera de
pensar mejora los sentimientos, aún cuando las situaciones externas no cambien.
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